Hace falta que lluevas en palabras para que vuelva a crecer el encuentro. Que tu voz sea generosa tierra, y que albergue mis silencios viejos. Hace tiempo que los doblo prolijos, hace tiempo que laten a mi abrigo. Por costumbre ya ni los despierto. Quizás tu voz llegue hasta el jardín perdido donde se esconden los "te quiero" nuevos, Así, será pradera lo que hoy es desierto. Y entre los helechos secos de la ausencia...
Comentarios
mientras reinen conveniencias,
el mundo se vestirá de urgencias,
que lo dejarán sin consciencia.
un abrazo andino
el dispensador
Me temo que mientras existan tantos intereses mezquinos en el mundo, ese mundial de la bondad seguirá esperando hasta ese hermoso día en el que los seres humanos nos decidamos a hacer "de este maldito infierno un paraíso" como solía decir el ya desaparecido Facundo Cabral.
Poeta, disculpa mi ausencia pero ando enredado con tantas cosas que no me alcanza el tiempo para visitar mis blogs amigos.
Recibe mi abrazo.
Buen domingo.
mariarosa
Quizá cuando la bondad cotice en bolsa..., claro que si eso ocurre, la bondad dejará de ser bondad y será ya otra cosa muy distinta.
Besos
Besos.