Cotidiano
Lo
que nadie tiene en cuenta es
lo que tengo en cuenta:
Una margarita creciendo en la vereda.
La sombra de un árbol seco sobre una pared vieja.
El azúcar disolviéndose en el café
Las palabras que no significan nada y las que significan todo.
Un pensamiento, cualquiera, inconexo pero que siempre me lleva al mismo lugar.
Decir "estoy viviendo" y nadie parece darse cuenta de ello, de su transcendencia.
Leer en algún diario oficialista la palabra libertad y morirme de risa o de bronca...
Dos gatos peléandose frente a mí y un perro que los mira sin inmutarse.
Alguien cantando con una voz que irrita, prefiero la pelea de gatos.
Cocino intentando parecerme a mi madre. No lo logro. Vuelvo a su receta. Fracaso.
Limpio como queriendo limpiar mi memoria pero siempre un grillo insistente se esconde dentro.
Ya no intento callarlo. Decidí hacerme amiga de él.
Escribo la palabra voz y siento que estoy hablando de vos.
Cambio la alfombra, elimino con ella el esqueleto del invierno.
Busco algún parque en donde plantar el jacarandá que insiste en ser árbol dentro de una maceta. No le gusta la idea de convertirse en bonsai. Vuelvo a recordar la palabra Libertad, y ahora sí la escribo con mayúsculas.
Alguien ríe, comparte conmigo este momento. Se tira de su trapecio mágico y se engancha a mi dedo.
Sé que no es fácil de creer, pero yo tengo un caracol trapecista.
Cotidiano.
Una margarita creciendo en la vereda.
La sombra de un árbol seco sobre una pared vieja.
El azúcar disolviéndose en el café
Las palabras que no significan nada y las que significan todo.
Un pensamiento, cualquiera, inconexo pero que siempre me lleva al mismo lugar.
Decir "estoy viviendo" y nadie parece darse cuenta de ello, de su transcendencia.
Leer en algún diario oficialista la palabra libertad y morirme de risa o de bronca...
Dos gatos peléandose frente a mí y un perro que los mira sin inmutarse.
Alguien cantando con una voz que irrita, prefiero la pelea de gatos.
Cocino intentando parecerme a mi madre. No lo logro. Vuelvo a su receta. Fracaso.
Limpio como queriendo limpiar mi memoria pero siempre un grillo insistente se esconde dentro.
Ya no intento callarlo. Decidí hacerme amiga de él.
Escribo la palabra voz y siento que estoy hablando de vos.
Cambio la alfombra, elimino con ella el esqueleto del invierno.
Busco algún parque en donde plantar el jacarandá que insiste en ser árbol dentro de una maceta. No le gusta la idea de convertirse en bonsai. Vuelvo a recordar la palabra Libertad, y ahora sí la escribo con mayúsculas.
Alguien ríe, comparte conmigo este momento. Se tira de su trapecio mágico y se engancha a mi dedo.
Sé que no es fácil de creer, pero yo tengo un caracol trapecista.
Cotidiano.
Comentarios
Un abrazo.
La vida misma, pero sn libertad, la verdadera libertad no se puede avanzar.
Un abrazo.
Buena entrada para reflexionar.
Recibe un gran abrazo apreciada Alicia.
quien supera sus propias dudas,
sus propios miedos, y simplemente hace aquello que lo distingue, y que los demás no atinan... es muy bueno eso de la margarita de vereda... lo cual nos enseña que la naturaleza siempre se expresa, más allá del hombre y sus miserias.
agosto 27, 2014
el dispensador
abrazo
Abrazo.
p.d. Y sí, huele a que en el rancho vecino se quemó algún guiso... porque la cocinera se fue de poeta.
Gente como tu que mira y ...... vé.
Besotes Ali.