Daniel Barenboim: un argentino que propone a la música como puente de Paz.
La música, lenguaje universal, no hay quién pueda ponerlo en duda.
Menos si hablamos de este increíble director de Orquesta, la Orquesta West-Eastern Divan, fundada en 1999 por él y el intelectual Edward Said para reunir jóvenes israelíes y palestinos en un ejemplo de concordia intercultural.
La música como instrumento de Paz, dicen que la música calma a las fieras, nunca mejor dicho a estas fieras que no entienden que el odio engendra más odio, estalla la violencia, desencuentro que no parece que pueda mediar la razón entre dos pueblos hermanos. ¿Hasta cuándo dejarán que los intereses de países poderosos primen sobre las vidas humanas?
¿De qué forma podemos evitar que se continúe priorizando a la estupidez humana, a la necedad y la impunidad de los que realmente pudiendo dar fin a este conflicto, no levantan un dedo para ello?
Quizás, si nos uniéramos más, si como Barenboim sembráramos nuestra semilla de amor antes que crezca la del odio y la destrucción de los hoy niños y jóvenes que ven morir a sus seres queridos, quizás la hierba mala sea al fin eliminada. Tiene que existir alguna luz por ahí, que no podemos descubrirla. Algo para iluminar tanta oscuridad sólo interrumpida por los malditos misiles.
La llamada Franja de Gaza es hoy una herida que sangra en cada uno de nosotros, en la humanidad toda.
Sangre que ya fue derramada y eso no tiene solución, pero lo que sí tiene solución es la posibilidad de parar esta hemorragia. La tierra sangra. ¡Cierren heridas, israelíes, palestinos, todos!
La guerra no es cosa de ustedes, es de los que intentan sacar provecho de este odio inventado por ellos.
La guerra, es una mala palabra que lastima cada segundo que es ejercida.
Haya paz. Algo tiene que existir para descubrir esa luz que no podemos ver y terminar con esta locura.
Quien la descubra, la comparta por este medio, por el que pueda y entre todos nos haremos fuertes para vencer el dominio del mal.
Menos si hablamos de este increíble director de Orquesta, la Orquesta West-Eastern Divan, fundada en 1999 por él y el intelectual Edward Said para reunir jóvenes israelíes y palestinos en un ejemplo de concordia intercultural.
La música como instrumento de Paz, dicen que la música calma a las fieras, nunca mejor dicho a estas fieras que no entienden que el odio engendra más odio, estalla la violencia, desencuentro que no parece que pueda mediar la razón entre dos pueblos hermanos. ¿Hasta cuándo dejarán que los intereses de países poderosos primen sobre las vidas humanas?
¿De qué forma podemos evitar que se continúe priorizando a la estupidez humana, a la necedad y la impunidad de los que realmente pudiendo dar fin a este conflicto, no levantan un dedo para ello?
Quizás, si nos uniéramos más, si como Barenboim sembráramos nuestra semilla de amor antes que crezca la del odio y la destrucción de los hoy niños y jóvenes que ven morir a sus seres queridos, quizás la hierba mala sea al fin eliminada. Tiene que existir alguna luz por ahí, que no podemos descubrirla. Algo para iluminar tanta oscuridad sólo interrumpida por los malditos misiles.
La llamada Franja de Gaza es hoy una herida que sangra en cada uno de nosotros, en la humanidad toda.
Sangre que ya fue derramada y eso no tiene solución, pero lo que sí tiene solución es la posibilidad de parar esta hemorragia. La tierra sangra. ¡Cierren heridas, israelíes, palestinos, todos!
La guerra no es cosa de ustedes, es de los que intentan sacar provecho de este odio inventado por ellos.
La guerra, es una mala palabra que lastima cada segundo que es ejercida.
Haya paz. Algo tiene que existir para descubrir esa luz que no podemos ver y terminar con esta locura.
Quien la descubra, la comparta por este medio, por el que pueda y entre todos nos haremos fuertes para vencer el dominio del mal.
Les dejo una carta de Daniel Barenboim explicando lo que piensa al respecto, publicada en el diario El País: "El conflicto entre israelíes y palestinos no es político, sino humano"
Comentarios
Un abrazo.
por eso la chiquita que das en esta entrada puede sumarse a otra chiquita que encontremos por ahí temerosa, que no quiera salir.
La música es un puente, puente de paz, como dices.
OJalá aunemos esfuerzos para que esta locura tenga fin.
Saludos y mis felicitaciones. Si te dices poeta y no te comprometes con la realidad, no eres poeta,
LO ERES ALICIA ABATILLI
basta de guerras
Abrazos
El problema radica en la falta de voluntad de quienes están implicados directa e indirectamente en el conflicto.Hay demasiados intereses en juego y las vidas humanas cada vez valen menos.La ONU solo es una pantomima manejada por poderes interesados y solo algunas voces sin capacidad para decidir son las que se alzan contra tamaña barbaridad,una barbaridad que dura ya tres cuartos de siglo.
Saludos Alicia.