Hace falta que lluevas en palabras para que vuelva a crecer el encuentro. Que tu voz sea generosa tierra, y que albergue mis silencios viejos. Hace tiempo que los doblo prolijos, hace tiempo que laten a mi abrigo. Por costumbre ya ni los despierto. Quizás tu voz llegue hasta el jardín perdido donde se esconden los "te quiero" nuevos, Así, será pradera lo que hoy es desierto. Y entre los helechos secos de la ausencia...
Comentarios
Un abrazo.
Un abrazo
Un abrazo.
Mis velas no se despliegan para despedidas, sino para encuentros.
Un beso y una flor
gracias por tu visita y un placer entrar a tu blog
un beso
Marina
Un inmenso abrazo, querida Alicia.