Hace falta que lluevas en palabras para que vuelva a crecer el encuentro. Que tu voz sea generosa tierra, y que albergue mis silencios viejos. Hace tiempo que los doblo prolijos, hace tiempo que laten a mi abrigo. Por costumbre ya ni los despierto. Quizás tu voz llegue hasta el jardín perdido donde se esconden los "te quiero" nuevos, Así, será pradera lo que hoy es desierto. Y entre los helechos secos de la ausencia...
Comentarios
Un abrazo y buen fin de semana.
el espíritu descrube el sentido de una eternidad que no porta ninguna cruz...
al desprenderse el alma de lo denso,
el umbral se vuelve intenso,
apareciendo el hilo tejido desde los ancestros,
comprendiendo que cada paso dado,
es una cuestión de consciencia,
que enaltece el sentido de lo opuesto.
el dispensador
con un abrazo andino
de runas... y otros tejidos.
Un abrazo apreciada Alicia.
Un abrazo.
manolo
Me impresiona lo que tejes, lo que fotografías, lo que dices. Qué orgullo siento de ser tu veci del alma.