El rey sabio

Los últimos años, se acentuó con la segunda elección de Menem y no decayó desde ahí, tengo la impresión que este país es gobernado por gente que no está del todo cuerda (pero luego, caí en la cuenta que no es cordura la palabra exacta, no es falta de razón, sí de consciencia y sentimientos). 

Una falta de imaginar el futuro, de predecir lo que ocurrirá con el otro, de identificarse con el otro, y no sólo manipularlo. Ante la urgencia para satisfacer sus deseos, utilizan  herramientas que lo hacen quedar bien con ese otro, pero sin compenetrarse con él.

La mayoría son seductores, hablan bien (sin papeles), son bellos e inteligentes.  A primera vista, uno los acepta, hasta que sus acciones, manipulaciones  y mentiras, llegan a hartarnos. Algunos nos damos cuenta antes, otros jamás lograrán hacerlo.

Si los miramos bien, vemos que detrás de sus acciones se oculta  una demostración de dominación, de poder, todos intentan ser el jefe de la jauría, cuando encuentran alguna presa que se les resiste, buscarán los medios para minar sus fuerzas, hasta debilitarla y  dejar que muera, sin siquiera engullirla, porque ellos no cazan para alimentarse, lo hacen por puro placer.

Su herramienta no es la verdad, es más, se apasionan por disfrazar la verdad, tanto que al fin ellos mismos terminan creyéndolo. Son mentirosos crónicos, y no sienten culpa por ello, como no sienten culpa por ninguno de sus actos de odio o maldad. 

Hace mucho tiempo que vengo preguntándome si sobre la población de  este país, como sobre  de otros muchos, no existirá una especie de humo invisible que no les permite ver, lo que algunos sí vemos. No es que yo sea muy inteligente, quizás intuitiva, pero no se necesita mucha inteligencia para descubrir este tipo de gente, líderes mundiales con clara señales de alguna psicopatía. No sé cuál, aunque creo que al final, sí lo sé.. 

De allí que al menos puedo explicarme lo que ocurre en el planeta, las guerras, las catástrofes, todo lo que ustedes ya saben. No les importa la vida de los demás, sólo miran su propio ombligo, a veces el de alguna mujercita de turno o un hijo/a al que quieren catapultar, pero es imposible, son demasiado pesados para ello...  

Estos líderes mundiales, no parecen manifestar amor auténtico, jamás se arrepienten, sonríen sin sonreír, conquistan sin ser conquistados. Pero si los observas bien, detrás de sus nucas, verás los hilos con los que atan sus distintas máscaras, la principal es la de una persona de bien, cuerda y preocupada por el pueblo. Ellos jamás cometen errores, los otros son injustos con él, se victimizan. Racionalizan a destajo, no sienten angustia o no les remuerde la conciencia el haber obrado mal, no les importa las consecuencias.

Son codiciosos, pero no sólo en lo material (la prueba está en el enriquecimiento ilícito de la mayoría de ellos, enriquecimiento desmedido, que ni en tres vidas podrían llegar a gastar lo que acumularon). Codicia en hacer el mal, robar, lastimar, ensuciar a los demás.

 No les interesa el contenido de las palabras, son verborrágicos por naturaleza, son extravagantes al hablar, pueden fingir emoción magistralmente, sin jamás emocionarse.

Necesitan controlarlo todo y como no todo puede ser controlado, recurren al instrumento de la mentira. Son convincentes. Quien cree sus mentiras, se convierte en un ser sumiso. Muchas veces   prefiere vivir en esa mentira, a quitarse la venda. A este grado de sumisión llega.

Quizás mi análisis es muy simple, lo sé, para análisis complejos  están los politólogos y demás licenciados en algo. Pero quería plantearlo, porque por ahí estoy equivocada, y esta sensación de que parte del planeta  está gobernado por locos, es sólo mía. 

No descarto que la loca sea yo, pero al menos lo reconozco... 

Uno llega a rogar que los próximos gobernantes no se hayan contagiado de este a mal (no sé si será contagioso, dependerá quizás de cuánto contacto tuvo con el gobernante saliente). Que al menos sientan con el corazón y no finjan hacerlo. Que  si bien alguna pieza de su mente puede estar en un lugar equivocado, la mayoría las tenga más o menos bien ubicadas. 

Se me ocurre que como condición indispensable al futuro presidente y al que está en ejercicio se le realice una exhaustivo exámen psicofísico, si cuando vamos a ingresar a un empleo común nos lo piden, cómo no lo van a exigir cuando se es presidente, que es una cuestión de  Estado, atendiendo al peligro que implica para el pueblo tener un presidente demente?, en cualquier momento le sale El gran Nerón y manda a quemar tal o cual ciudad...   

Lo bueno de todo ésto es que el pueblo comenzó a darse cuenta del momento en que se encuentra. De la importancia de la libertad y que también está aprendiendo a descubrir a esos "mansos" que lo lleva  a su  redil donde lo quiere tener el amo para que no moleste.

El pueblo descubre que está rodeados de mansos que lo llevan al matadero.

Cuando voy por la calle y me cruzo con un ciego, no me enojo porque ese ciego no me saluda, sé que no puede verme. Por eso, si alguien lee esta entrada y se disgusta al leerlo, no me enojaré, quizás tenga otros intereses, o yo no supe explicar bien mi pensamiento, por eso no me comprendió. 

No todas las personas tienen el sentido de ver la realidad. La realidad es la elección con naturalidad.

Disculpen si los aburrí, pero hace tiempo (años) que tengo escrito lo que leyeron antes.

Como para no irme del todo, les dejo a continuación la explicación del título de esta entrada:  EL REY SABIO [Cuento. Texto completo.]

Cierta vez hubo un rey poderoso y sabio que gobernaba en la lejana ciudad de Wirani. Y era temido por su poderío y amado por su sabiduría.En esos tiempos, en el corazón de la ciudad había un manantial cuya agua era fresca y cristalina, del que bebían todos los habitantes, aún el rey y sus cortesanos, pues allí no había otro manantial. Una noche, cuando todos dormían, una bruja entró en la ciudad, y vertió siete gotas de un extraño líquido en el manantial, diciendo: "Desde este momento aquél que beba esta agua se transformará en loco." A la mañana siguiente, todos los habitantes, excepto el rey y su señor ministro, bebieron del manantial y se transformaron en locos, como predijera la bruja. Y durante todo aquel día el pueblo en las angostas calles y en las plazas del mercado no hacía otra cosa que murmurar entre sí: "El rey está loco. Nuestro rey y su señor ministro han perdido la razón. No podemos ser gobernados por un rey loco. Debemos destronarlo." Aquella tarde, el rey ordenó que llenaran una copa de oro con agua del manantial. Una vez traída, bebió y dio de beber a su señor ministro. Y todos se regocijaron en aquella distante ciudad de Wirani, pues su rey y su señor ministro habían recobrado la razón.   Gibran Jalil Gibran.