Invitación
Vamos a liberar suspiros que se conviertan en mariposas y vuelen lejos.
Amémonos como si ésta fuese la última de las noches .
Con cada beso, un girasol se abrirá espléndido. Y serán cientos, miles, todos perfumaditos de encuentro.
Cada abrazo traspasará el universo y girará buscando otros universos.
Basta de lenguajes extraños, el único claro es el de la caricia sin tiempos.
Reconozcámonos en nuestras miradas, vestidas de orquídeas color esperanza.
Desatemos los nudos de la nostalgia.
Vayamos en nuestra alfombra mágica a buscar otras alboradas.
Superemos todas las trampas para los enamorados, que los ángeles tristes no golpeen nuestra alegría, que todo sea un camino bordeado de versos.
Vamos a vitorear a los sueños, allí donde la poesía se encuentra con lo más humano.
Si quieres por esta noche, convirtamos este páramo en una bendición perpetua, para que la traición quede encerrada en otro cielo y no podamos escuchar sus ruegos…
Coincidamos en el mismo refugio para admirar una lluvia que por compartida, es nuestra.
¿Qué importa que no haya pañuelos saludando nuestro amor?.
Lo que verdaderamente importa es que por más que sea un instante cada encuentro nos habla de lo eterno.
No importa que nos llamen locos, si al amarnos, las palomas mensajeras deciden otra vez lanzarse en picada para anunciar nuestra alegría a quienes quieran recibirla.
Amémonos como si ésta fuese la última de las noches .
Con cada beso, un girasol se abrirá espléndido. Y serán cientos, miles, todos perfumaditos de encuentro.
Cada abrazo traspasará el universo y girará buscando otros universos.
Basta de lenguajes extraños, el único claro es el de la caricia sin tiempos.
Reconozcámonos en nuestras miradas, vestidas de orquídeas color esperanza.
Desatemos los nudos de la nostalgia.
Vayamos en nuestra alfombra mágica a buscar otras alboradas.
Superemos todas las trampas para los enamorados, que los ángeles tristes no golpeen nuestra alegría, que todo sea un camino bordeado de versos.
Vamos a vitorear a los sueños, allí donde la poesía se encuentra con lo más humano.
Si quieres por esta noche, convirtamos este páramo en una bendición perpetua, para que la traición quede encerrada en otro cielo y no podamos escuchar sus ruegos…
Coincidamos en el mismo refugio para admirar una lluvia que por compartida, es nuestra.
¿Qué importa que no haya pañuelos saludando nuestro amor?.
Lo que verdaderamente importa es que por más que sea un instante cada encuentro nos habla de lo eterno.
No importa que nos llamen locos, si al amarnos, las palomas mensajeras deciden otra vez lanzarse en picada para anunciar nuestra alegría a quienes quieran recibirla.
Comentarios
Un abrazo.
Besos.