Amor de adolescente
Viene desolado, él que era el sol. Pero no puedo decirle que se aleje de ella, debe vivir su propio incendio, tormenta o rayo. Me gustaría adelantarme a su dolor, ese tan conocido por mí, hacer una barrera entre ese dolor y él, pero es imposible.
Puedo prevenirlo mil veces lo que ocurrirá, pero será en vano. Su decisión es inapelable. Y elegirá morir entre sus brazos, aunque después su maltrato verbal lo deje sangrando. Un segundo con ella es la vida que luego llevará a cuestas. Primer amor imposible de frenar. Es mejor dejarlo que siga su rumbo a intentar pararlo, no habrá victorias. Sólo el haberlo vivido, al menos una vez.
No hay manera que sea cauto, cuando aprendió a volar entre sus brazos, y nada ni nadie hará que cambie de opinión. La mejor rosa no es la que tiene menos espinas, ya lo sabemos.
Y no me gusta verme tan escéptica, ese sentir que tarde o temprano regresará quejándose de su desamor. "Aprendió", me diré. No sé bien qué aprendió, pero imagino será un prepararse para la próxima, o creció, aunque para eso necesitó romperse en mil pedazos. Es una manera de quebrarse para aprender que al juntar sus pedazos, uno nace otra vez.
Ojalá pudiera ofrecerle mi experiencia, así como cuando tejo algo y lo envuelvo en un papel primoroso, para que la sorpresa no sea tanta, ya sea por su belleza o su fealdad, según sea el caso...
Nadie puede rescatar a quien vive un primer amor, del dolor posterior, porque así será. Más cuando el otro no es el otro, es él mismo en el otro. Su reflejo.
Después del incendio irrefrenable, vendrá intentar apagar las cenizas, las más difíciles, porque algunas quedan encendiendo la tierra, a veces, puede llegar a provocar otros incendios, pero jamás como el primero. Y no puedo rescatarlo, no puedo vivir por él.
Vendrá un día que luego de estrellarse, volverá. Habrá un amigo, un hermano, tía, madre o padre, esperándolo. Eso es lo bueno. Aunque mientras duró el incendio (o el sonambulismo), él pareciera haberse olvidado de ellos. Lo estaban esperando. Alguna vez nosotros también fuimos esperados y escuchados, y se agacharon con nosotros a juntar los pedazos.
Lo que aquí escribo está dedicado a un adolescente que vive su primer amor, dejó todo por ella, pero un día ella le dijo que regrese a ese todo.
Dejaré que llore lo que tenga que llorar.
Cerquita está el tiempo para acunarlo entre sus brazos y decirle "ya pasará, ya pasará".
Puedo prevenirlo mil veces lo que ocurrirá, pero será en vano. Su decisión es inapelable. Y elegirá morir entre sus brazos, aunque después su maltrato verbal lo deje sangrando. Un segundo con ella es la vida que luego llevará a cuestas. Primer amor imposible de frenar. Es mejor dejarlo que siga su rumbo a intentar pararlo, no habrá victorias. Sólo el haberlo vivido, al menos una vez.
No hay manera que sea cauto, cuando aprendió a volar entre sus brazos, y nada ni nadie hará que cambie de opinión. La mejor rosa no es la que tiene menos espinas, ya lo sabemos.
Y no me gusta verme tan escéptica, ese sentir que tarde o temprano regresará quejándose de su desamor. "Aprendió", me diré. No sé bien qué aprendió, pero imagino será un prepararse para la próxima, o creció, aunque para eso necesitó romperse en mil pedazos. Es una manera de quebrarse para aprender que al juntar sus pedazos, uno nace otra vez.
Ojalá pudiera ofrecerle mi experiencia, así como cuando tejo algo y lo envuelvo en un papel primoroso, para que la sorpresa no sea tanta, ya sea por su belleza o su fealdad, según sea el caso...
Nadie puede rescatar a quien vive un primer amor, del dolor posterior, porque así será. Más cuando el otro no es el otro, es él mismo en el otro. Su reflejo.
Después del incendio irrefrenable, vendrá intentar apagar las cenizas, las más difíciles, porque algunas quedan encendiendo la tierra, a veces, puede llegar a provocar otros incendios, pero jamás como el primero. Y no puedo rescatarlo, no puedo vivir por él.
Vendrá un día que luego de estrellarse, volverá. Habrá un amigo, un hermano, tía, madre o padre, esperándolo. Eso es lo bueno. Aunque mientras duró el incendio (o el sonambulismo), él pareciera haberse olvidado de ellos. Lo estaban esperando. Alguna vez nosotros también fuimos esperados y escuchados, y se agacharon con nosotros a juntar los pedazos.
Lo que aquí escribo está dedicado a un adolescente que vive su primer amor, dejó todo por ella, pero un día ella le dijo que regrese a ese todo.
Dejaré que llore lo que tenga que llorar.
Cerquita está el tiempo para acunarlo entre sus brazos y decirle "ya pasará, ya pasará".
Comentarios
Creo que el primer amor nunca se olvida, lo mismo que las primeras amistades.
La mano mejora cada día. Solo las cosas que requieren fuerza no las puedo hacer.
Un abrazo fuerte amiga.
Un abrazo.
LA HERIDA DUELE
¿Por qué, si sabes que me hieres
regresas a mi vida?
Si sabes que el olvido
no lo logro en tu ausencia.
Menos podré con tu presencia.
Si tú ya decidiste
y tomaste otro sendero,
¿No entiendo por qué vuelves?
Si sabes que te quiero.
Si sabes que me hieres.
¿No sientes qué mi herida duele?
Que mi iluso corazón
abriga la esperanza,
y al verte renueva la ilusión.
Sueño que me quieres.
¿Por que te empeñas
en restregar la herida?
Si tú ya no me quieres
¿Porqué mi vida?
Haces más difícil mi agonía.