Palabras de vacaciones
Se amontonan las palabras, pero lo hacen para guarecerse de la lluvia.
No quieren tener sentido.
Se acercan pero no se tocan.
Se juntan pero no están bien juntas.
Son como aquel viajero que la tormenta lo obliga a buscar resguardo, comparten el mismo techo. Nada más.
Viene el viento y las convierte en flores.
Tampoco quieren llegar a ser un jardín, extrañan los renglones.
No les gusta estar todas apretadas o sufrir la desidia del jardinero de turno.
Ayer se reunieron, decidieron regresar a mí.
Descubrieron que en mi silencio están más cómodas.
Comen todos los días y yo no les exijo demasiado.
Sólo que estén por si se me ocurre algún día volver a escribir.
Hasta entonces, descansan.
No quieren tener sentido.
Se acercan pero no se tocan.
Se juntan pero no están bien juntas.
Son como aquel viajero que la tormenta lo obliga a buscar resguardo, comparten el mismo techo. Nada más.
Viene el viento y las convierte en flores.
Tampoco quieren llegar a ser un jardín, extrañan los renglones.
No les gusta estar todas apretadas o sufrir la desidia del jardinero de turno.
Ayer se reunieron, decidieron regresar a mí.
Descubrieron que en mi silencio están más cómodas.
Comen todos los días y yo no les exijo demasiado.
Sólo que estén por si se me ocurre algún día volver a escribir.
Hasta entonces, descansan.
Comentarios
Mi cariño contigo, Alicia.
Un abrazo.
las tuyas, resguardadas de la tormenta
que implacable azota su propio rostro,
no vuelven;
si nadie puede leerlas
qué será de nosotros...
Qué será de mí,
que busco, sin encontrar nada
y, como las palabras,
también me refugio
bajo un puente,
sin tablero ni estribos,
que la tormenta se lleva tras si.
Un beso, Alicia.
Saludos desde mi mundo.
Un gusto descubrir tu espacio Alicia.
Cariños, y cuando lo desees te espero por el mío.