Hacé como las rosas
Hola. Sé que estás despierto, estás sintiendo y quizás en este momento, estés sufriendo. Pero te cuento, que estamos vivos, que saboreás una comida, que sabés de lo que hablo cuando digo viento. Sería bueno que comencés a soltar eso que te atrapa, déjalo ir. ¡Que se vaya la angustia!. ¡No! no te duermas, no se vive durmiendo. Dale, apagá la televisión por un momento. Sé que las noticias son tremendas. Y sentís tanto miedo. Miedo quizás no por vos, que ya las has vivido, quizás tengas miedo por los jóvenes, los niños. ¿Sabés que no estamos solos? ¿Que nosotros mismos somos nuestra mejor compañía? Pasa que algunos no lo saben, o no aprendieron a serlo. ¡Hay tanta esperanza detrás del miedo!, tanto sol detrás de esta nube negra! Sí, me dirás que la felicidad no dura, es verdad. Es muy breve. Pero esos momentos felices son los que te enseñan a recordar las salidas, a descubrir que todo lo oscuro puede ser iluminado. Cuesta este estar encerrado. Adaptarse no es cosa fácil. Y