Campanas mojadas por un nuevo rocío
Voy a dejar que se pierda toda sombra que marcó su huella. Hasta que mi corazón no lo recuerde, hasta que lo vivido no me muerda. Hasta que se borren las costumbres, las penas, las búsquedas y los desaires. Hasta que sólo viva el temor a lo que vendrá, será como un dulce vértigo que no incomodará, como una canción que hablará de nidos y de campanas mojadas por un nuevo rocío. Buscaré el aroma del fruto recién nacido. De nada sirve un beso que se ha negado, prefiero existir en unos labios embriagados en los cuales duerme un nombre aún no pronunciado.