Quizás muchos hemos visto la película . Nos hemos emocionado y hasta llorado con ella. Cuando la veo, cada tanto, por alguna extraña razón, no puedo dejar de identificarme con Bruno. Por eso de creer que en el mundo existe el mal, pero existe en mí la fe que dentro del círculo cercano, el propio, no está. Que nada malo puede sucederme o sucedernos... De allí la lucha. Sabido es que estamos obligados a elegir y decidir, entre todo, aquello que podemos llegar a atender, aquello que nos produce satisfacción, aquello que nuestra conciencia no puede dejar que dejemos de hacer. Elegir, por ejemplo, ser cada día menos "Bruno". Aceptar que estamos solos en este mundo, sin aturdirnos por ello. Solos. Que las personas son libres, y hacen lo que quieren, a nuestro pesar, aunque sepamos que se equivocan. Que estas personas libres son como una manada de animales mansos que serviles, marchan al corral (o al matadero) en donde su amo dispondrá su suerte. Molesta aque