Te detienes en la confidencia de la tarde y te amparas en ella, pero leo tu perfil. Sé que puedes oírme, aunque finjas no hacerlo. Nuestros sueños siguen naciendo a la par, hasta en el presagio somos fértiles. No me haces falta, seguimos frecuentándonos. Así, sin palabras, ni imposibles. Somos los jamás abandonados, los convertidos en versos, los que crecen sin renunciar al otro, porque nos abrimos a la entrega, aún sin conocernos… Esta poesía la publiqué en el año 2012. Pero hoy, que se cumplen las 850 poesías publicadas en este blog, quiero regresar otra vez al agradecimiento, de quienes me leen y no dicen nada, o lo hacen pero en silencio. De los que me vienen acompañando desde el 2007. Y de los que se pasaron a otras filas, como las redes sociales y algunos, quizás, a un plano superior. Sin todos ustedes, algunos desconocidos completos, otros con quienes entablé amistad, aún sin conocernos físicamente, sentimos que nos conocemos en profundi...