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De las caricias

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No es poca cosa ser una caricia, cualquiera sea ésta: Breve, profunda, limpia, sincera, amante. Caricia de abuelos, de niños, caricias de madre. Caricias que vuelan distraídas, bien intencionadas, Caricias entre las sombras o a pleno día Caricias robadas, caricias ganadas. Caricias que traen más caricias. Caricias del sol de invierno al mediodía. Caricias de la luna y sus tantas rondas… Caricias-mariposas, las de la brisa. Caricias sonrisa, caricias mirada, caricias palabras. Caricias que no discriminan razas, edades o linajes. Caricias que duelen porque señalan despedidas Caricias que conmueven porque son anheladas. Caricias jamás dadas pero tantas veces soñadas. Caricias cosquillas, caricias recuerdo. Caricias consuelo, caricias acierto. Caricias salvadoras, caricias que recobran confianza. Caricias portadoras de vida entre tanta desesperanza. Sí, no es poca cosa ser una caricia…

Psicoanalistas a sus zapatos...

Quien diga que siempre, siempre está bien se miente a si mismo. El ser humano es complejo y por tal no puede experimentar una sola emoción, hay tantas en él, a veces no las reconoce, ese es el problema. Sí pueden predominar unas sobre otras, pero muchas veces las que andan ocultas son las que más molestan. Según parece el hombre está condicionado a sus primeros cinco años de vida, allí se estructuraría toda su personalidad, eso lo dicen los psicoanalistas y de ahí no los sacan… Cuando hablo de las primeras experiencias infantiles y del inconsciente no puedo dejar de hablar de don Freud. Yo me pregunto ¿qué pasaría con él si viviera en este siglo, en el que los investigadores han dado en llamar el siglo de la Genética ?. ¿Qué pasaría con su teoría de la homosexualidad, el complejo de Edipo y demás yerbas cuando se vayan revelando estos misterios, no ya a nivel de lo inconsciente sino a un nivel mucho más real? ¿A quien cargaría la culpa? Los padres ya no se serán los culpables de todas

Río de escamas

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A veces creo que el dolor va haciendo crecer en algunas personas algo así como pequeñas escamas, cada vez más duras para ser penetradas. Nada los conmueve. Los otros tendrían que saber muy bien dónde pegar para lograrlo, pero ellos se encargan que nadie lo descubra. Cada vez que evidencian que alguien "duele", cierran esas escamas-coraza a voluntad, como para no contagiarse, para no ser vulnerables quizás. Llegará algún día que de tanto amontonar dolor, las defensas colapsarán y ahí sí veremos cómo se van desgranando en lágrimas, hasta convertirse en un río de escamas.

Amarte era correr junto al viento

Tengo confusa tu sombra en el recuerdo como si el afuera callase lo que siento. Entre tantas idas y venidas queda el silencio, por la ventana se escapa el lamento. Sé que amarte era correr junto al viento dibujando en mi alma delicados senderos en los que la risa se citaba con el encuentro y la esperanza se casaba con tus besos. Pero se acerca el vacío ¡Maldito sea! Con él llega venerar el rumor de unos pasos y apuntalar el corazón para que no muera.

Si de nostalgia hablamos…

No hay manera de describir a la nostalgia sino se la ha vivido, es como intentar describir una frutilla sin jamás haber comido una. Podemos hacerlo externamente, cortarla, comprobar su textura pero sólo al probarla sabremos definirla, aunque no sea tan fácil hacerlo. Con la nostalgia sucede lo mismo, hasta que no la probamos no podemos hablar de ella con exactitud, no es algo simple intentar encerrarla con palabras, siempre queda algo no dicho, porque la nostalgia misma tiene ese rasgo de vacío indescriptible, algo que se omite sin saber bien qué es. Se reconoce al nostálgico por su mirada, es distinta a la mirada de aquellos que no saben de ella, una mirada buscadora de algo que no tiene, esa eterna necesidad de llenar un lugar que quizás esté oculto pero se presiente. Esa imperiosa necesidad de regresar a algún punto pero sin saber bien dónde queda ese lugar. La nostalgia es una oración sin punto final, luego del punto y coma queda el renglón en blanco como esperando que lo escriban

Sueños: figura y fondo.

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Estamos hechos de sueños. Ellos viven en nosotros a pesar de que muchas veces intentamos dejarlos en penumbras para no verlos. A veces el fondo toma importancia y ahí sí los descubrimos, de panza al sol, en un día cualquiera. Toman fuerza, nos invaden y al fin volamos junto a ellos Con frecuencia, por irrealizables, dejan de ser figura para desdibujarse otra vez en el fondo… Mientras tanto, la rutina hace lo suyo, por suerte cada tanto ésta se nos agrieta, rajando la cotidianidad, por el espacio abierto se vuelven a colar otros sueños, distintos de los anteriores o quizás los mismos pero disfrazados de esperanza. Volvemos a respirar profundo, a vivir con sentido. No importa que el silencio nos recuerde que lo imposible anda suelto…

La vida

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La vida es esa loca coqueta que se muestra a veces discreta y otras veces caprichosa aventurera . A veces es nostalgia desmadrada, otras es nave sin amarras. Es un libro con una página subrayada, otras veces es biblioteca olvidada. A veces es sonrisa y promesa esperada, otras es palabra jamás pronunciada Es caos rompiendo la paz ganada, otras es una paloma en mi ventana. Es silencio que busca alguna salida y es melodía convocando a la poesía.