De mi sobrino, Juan Rizzo y su "Gualicho de Papel" (y de mi orgullo de ser su tía)
Gualicho de Babel Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros . (J.L. Borges) Es un poco bobo. Y bastante vulgar. Es supersticioso, anticuado, y quizás es todo un signo de nuestra derrota, de nuestra mala conciencia. Es casi pornográfico. También es lo más cercano que algunos nos sentimos al hogar. Es el inexplicable entusiasmo que nos asalta cuando vemos tantos libros juntos. Viernes. Apenas pasadas las cinco de la tarde. El cielo amenaza pero el calor se mantiene. Ahí están. Las mismas carpas en cuyo interior se despliegan a veces las delicias culinarias de diversas colectividades. Las mismas carpas en las que, en ciertas fechas, se puede adquirir toda una gama de pintorescas artesanías de garantizada inutilidad. Esta vez se juzgó imprescindible asignarle a cada una su correspondiente número romano y bautizarlas con nombres de autores argentinos