Entradas

Mi mundo, tus brazos

Imagen
No lo comprendo, no sé cómo hacerlo Quiero regresar mis límites a cero. Evitar que en plena noche me despeñe en tu recuerdo No tienes derecho, ningún derecho a ser parte de todos mis sueños, a recorrerme en la distancia con tus besos. No, no quiero reconocerlo, tener que aceptar que sin vos no puedo,  no respiro, me duele la luna y todo el cielo. Estaba tan serena antes, tan calma, tan libre y desapasionada… ¿Qué te costaba mirar para otro lado, ser sordo y mudo a mis palabras? ¿Por qué te resistes a ser en mi país un extranjero? ¿Y ahora cómo hago para alejarte de mi mundo                                   si te pertenece por entero, si sólo puedo concebirlo en tus brazos de enero a enero? No ansío despertar,  porque  cuando duermo              puedo seguir soñando que me dices "te quiero".

Puedo vivir sin ríos

Imagen

Sensación de eternidad

Imagen
Vamos a regresar a esas siestas pueblerinas, hermanos queridos.  Nuestros padres creen que estamos dormidos, pero hace rato que saltamos por la ventana y el campo nos ha recibido con sus brazos abiertos. Somos pequeños gorrioncitos jugando con el sol. Parecemos vestidos de Año Nuevo, risas de niños en bandada. Somos vísperas de algo bello, o somos, mejor dicho, la belleza  en sí.  Siesta dorada, llena de duendes, hombres de la bolsa y pomberos, a quienes no tememos, jamás le creemos a la abuela cuando nos cuenta de ellos, porque cuando lo hace, siempre le guiña un ojo a mamá.  Tarde sin horas, infinita, de no ser por las sombras que la quieren negar y esos pájaros regresando a sus nidos. Todo a nuestros pies descalzos, el futuro despertando, llenando los vacíos que vendrán después…  Si pudiéramos rogarle a la noche que se retrase un poco, porque nuestra inocencia no desea dormir ni renunciar a esta sensación de vida eterna, aunque las gallinas ya en sus zarzos, espanten toda p

Jamás te olvidé

Imagen
Martillé el silencio, oculté los versos, cerré las ventanas… Me olvidé del tiempo, colgué mis lágrimas… Pero jamás te olvidé, ni aún queriendo. Recorrí las sombras, trepé el insomnio, dormí  el reclamo… Desperté soñando, susurré otros nombres… Pero jamás te olvidé, ni aún queriendo. Guarnecí al deseo, Mitigué mi ira, desterré la risa… Cegué al milagro, crucé relámpagos… Pero jamás te olvidé, ni aún queriendo. Hasta que un día , una voz, un camino, un cielo, un destello, una brisa, un vuelo, todo junto, me trajo el olvido, y, con él, orfandad y espanto.

Jugando al escondite... con un Endecasílabo

Imagen
No sé cómo contarlo, ni me atrevo a decirlo: Hace ya tiempo, entre mis libros,  se esconde un endecasílabo. No es uno cualquiera, es del Renacimiento. Pero reniega de su tiempo y ha venido a esconderse callado, entre mis versos . No quiere volver al latido de relojes antiguos y prefiere el tic-tac del mío. Allí se queda, en su péndulo.   Yo, busco que se adapte a mis versos, pero siempre huye de ellos, sin que lo obligue. Quizás es él quien no quiere obligarme nunca, por preferirme así, libre entre mis versos. No quiere verme prisionera. Yo, también lo respeto. Convivimos. Él, es parte de mi insomnio   y yo de su vigilia, quimera.

De lo cotidiano

Imagen
 En la vida deberíamos atrevernos con más frecuencia a ver con los ojos entornados a lo cotidiano, cambiarlo de lado, traspasarlo.  Se le teme tanto a lo paradójico, se evita tanto el viento de la aventura, que cerramos las ventanas por si acaso nos alcanza. ¿Tenemos miedo de enfermarnos de lo ilógico? ¿Por qué nos resistimos a mostrarnos distraídos ante lo cotidiano, aunque los demás nos crean imbéciles? ¿Y si nos contradecimos a cada paso? ¿Es tan malo? Si antes descreíamos del amor y ahora andamos despertando conciencias gracias a él ¿no es mejor, que quedarse con aquella ciega falta de fe? Quizás sea tiempo de ir renunciado a lo que ya se dio… ¿No será que la felicidad está en buscar lo que nunca buscamos?

Trébol de cuatro hojas

Imagen
Tengo el campo entre mis manos y la suerte en un corral. Cerca, muy cerca, frutales que nadie ha de probar. Alienta en mí algo más cierto: estoy viva, y aun soy más entre estas cuatro hojas, que me hablan de eternidad.