No hay lugar para las sombras entre el río y tus besos
Un segundo perdiéndose en una flor, tu recuerdo perfumando sus pétalos. El río se cubre de espejos. Las palabras son la espuma y tus besos el puerto. Quizás sea el agua la que borre mis versos, pero entre las piedras quedará el fuego. Canta el río su canción de entrega, nuestros cuerpos no aceptan la ausencia. Nos miramos en el reflejo y nos sentimos perfectos Como perfecto es el amanecer, el deseo y la danza de los nenúfares entre tu pelo. No hay lugar para las sombras entre el río y tus besos.