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Esperando en el muelle.

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Cantas himnos de regreso. Mi ajustada ansiedad detiene el paso. Muchas soledades modelan tantas noches, temo no acostumbrarme a tu risa. La ternura resbala entre los pliegues de este verano en sombras y se lleva pájaros de plumajes en los que brillan destinos cruzados. De todas formas, te releo: “¿Me crees cuando digo vivir entre tus besos? No impugnes la multitud de caricias que esperan derrocar tu silencio. Recuerda que soy obstinado, en mí se reúnen todos los caminos en una sola dirección… no te interpongas.” No sé de qué manera interferí, pero te marchas a otros paisajes que no tengan pañuelos en alto. Quedaré en el muelle resistiendo el adiós, tengo tantos adioses acumulados... Difícil será el regreso a casa, no sé cómo haré para decidir mi rumbo. Buscaré en el agua algún mensaje donde me sigas prometiendo el infinito, por eso permaneceré horas vigilando el horizonte, quizás decidas que aún no es tiempo de seguir tu destino golondrina, quizás comprendas que también es bueno el des

Un poema por resucitar

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Voy a resucitar ese poema que prometí en mi post anterior, le insuflaré savia a cada verso, aunque para ello tenga que robarle al cielo mil tempestades y soles de todos los tiempos. Cuando las palabras quieran esconderse, las buscaré justo allí donde comienza la nada, la agujerearé hasta que ésta se convierta en algo, al menos una simple estrofa, le estrellaré mil cometas hasta que de alguna forma, se divida en otra, haré un rebaño de versos, elegiré aquellos que no deba releerlos, rechazaré a los que se pierdan en carreras imposibles de alcanzar. Hurgaré la urbanidad piadosa de La Cañada, seguro que en algunos de sus puentes está colgado mi poema y entre su reflejos apacientan sus versos. Las estrofas corretean por el laberinto de luz que la componen para terminar cayendo en el arca que acumula mis mejores emociones, los besos jamás dados, los amores idos y todo mi porvenir, las promesas que uno sabe no ha de cumplir, los dolores sin espectadores, los murmullos de sentimientos descal

Prefiero mis amaneceres.

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¡Al fin! Descubrí lo que quiero escribir: UN SONETO , el insuperable, magnífico, el jamás leído, el que será la envidia de los selectos. Antes... (shht, buscaré qué significa en la famosa Wikipedia, “la enciclopedia libre ”) Soneto: “es una composición poética de origen italiano, que consta de catorce versos endecasílabos , distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos . Los cuartetos deben compartir las mismas rimas, y los tercetos pueden componerse a gusto del poeta con la única condición de que compartan al menos una rima, si bien en el soneto clásico suele presentar el esquema CDC DCD o CDE CDE” y sigue… pero ya me perdí… sería mejor intentar escribir un poema, de esos de los míos, simples, de paloma mensajera, de vuelo bajo, nada de andar mirando con aires de halcón. Un poema teñido de sentimentalismo como los que escribo siempre, dejando que la rima, si quiere, se arrime, sino que se vaya a jugar en el patio de algún blog ajeno. O se quede haciéndome burla en alguna vereda l

Los mineros

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Quiero escribir algo importante, aunque no sé bien qué sea. Pero quiero escribirlo antes de que la mediocridad termine de tejer su tela, antes de caer en ella. Aunque quizás sea mejor. Quizás sea hora que los verdaderos poetas (como los llaman los críticos de literatura) tengan liberado el paso y nosotros, los que escribimos por escribir, nos escapemos por los ascensores que nos llevan a la terraza de la esperanza. ¿Quién sabe, si alguno de nosotros no regresará convertido en “verdadero poeta”? Quizás de tanto leer poemas desparramados por el subsuelo del inconsciente, enganchemos justo uno que nos queda y lo hacemos nuestro… Quizás de tanto dinamitar las sombras, encontremos al fin ese cuento, ese cuento que nos inmortalice… creo que esto de los blogs es una forma de buscar esa piedra preciosa que anhelamos todos. Mientras tanto, preparamos los candiles, los picos, las palas, las garras… Nos sumergimos en cuevas que sabemos, no tienen salida, pero de todas formas lo intentamos. Si un

Para variar, llueve.

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Para variar, llueve. Y lo que escribí hasta ahora, se moja de impaciencia. Hablaba antes de amantes generosos, de lo no prohibido, de la luz y de la verdad… Llueve y comienzo a tantear entre la nostalgia; choco con la larga herida de la tristeza, sin conseguir codificar el significado del peligro desmayado en las palabras. Llueve y el universo se ríe de la ternura que guardé. Olvidé conservarla entre las envoltura de pascua que tengo en algún rincón. Llueve. Huraña, escucho himnos que no entiendo, que abren fronteras que presiento no traspasaré; que acercan heredades a las que nunca perteneceré. Llueve y no supero mis ganas de recordar aquellos mensajes que destruí sin saber que hoy viviría de ellos; sin retorno en esta búsqueda de alas sin vuelo. Llueve y pienso que tengo que sacar urgente un turno en el hospital de las almas tristes. No sé si para mí habrá remedio, no sé si tenga cura tanto desconsuelo, no sé qué brebaje puede sanar siglos de nostalgias, no sé cuán avanzado esté mi m

Rosa de luz

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Caen dos gotas de rocío en el plenilunio de febrero. ¡Bébelas! Tus labios sin mis besos, seguro están sedientos. Pero hazlo, lento, muy lento, cólmalas de suspiros, que recuerden al consumirse, que aún me pertenecen y en tu boca florecen…

Collage

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Lástima, se me derramó la tinta en la carta que estaba a punto de enviarte. Por si fuera poco, aunque intentara exprimir el tintero es inútil, está seco. Busco alguna forma de convertir mis deseos, de expresarlos. Tengo presente que en alguna parte dejé recuerdos en bolsitas de celofán. En unas rosadas puse tus besos, en otras verdes nuestros sueños, en unas color lavanda agrupé nuestro temblor de cada encuentro, en una bermellón nuestra risa inagotable, en una transparente la magia de cada momento, en otra naranja la pasión (a esa la tuve que cerrar con un nudo doble, intentaba escapar). Hay una celeste que no recuerdo qué coloqué allí, seguro será el misterio. Una salta entre las otras, no queda quieta, me llama en silencio. Creí que la había perdido… me equivoqué, allí está, es la que encierra una segunda vez… Como no tengo tinta, decido hacer un collage y mandártelo. Para ello, abro cada bolsita, las mezclo, las uno y las separo. No me gusta como queda la pasión al lado de la risa,