Aquí estoy , explorando cada acto, la vida, piel que ama y desafía lo incongruente, temblor deseando anidar en lo posible. Conociéndome, hablando de ternura, evitando las preguntas, amando la voz de los hombres, cualquier hombre, todas las que me recuerden el pasar del río no importa cuán triste suenen, pero que suenen a río Ceño con una arruga suave, vestigio de un mundo jamás recorrido, ajeno pero familiar. Mirada de alas presas, a veces, otras riendo. Siempre buscando la forma de lo etéreo en las nubes Vestida de viento norte, cálida, indómita. Renunciando a encontrarle una causa a todo Dejándose llevar por lo simple, sin miedos. Cazadora de palabras raras, impronunciables. Afirmándome en el día, disfrazando lo cotidiano, en esta madurez que llega y detalla con la suavidad de la seda, el paso de lo bueno y lo malo vivido, riñendo entre sí. Bosquejo de mí, contradicción y encuentro. . . Esta poesía se ...